Alfonso XII falleció de forma repentina en noviembre de 1885 a los 27 años, estando embarazada su segunda esposa, Maria Cristina de Habsburgo. Seis meses después nació su hijo Alfonso, que fue reconocido como rey, con el nombre de Alfonso XIII, nada más nacer y como tal fue retratado en las monedas. Entre 1888 y 1892 apareció en las monedas como bebé, retratado cuando tenía un año, en una imagen que se conoce con el nombre de “Pelón”
La de la imagen es una moneda de 5 pesetas, de duro, de su último año como bebé, en 1892. Las características de la moneda son las mismas que los últimos duros de Alfonso XII, tienen un peso de 25 gramos de plata, con una ley de 900 milésimas, es decir, que el 90% es de plata. La moneda tiene un diámetro de 37 milímetros.
La madre de Alfonso XIII ejerció la regencia durante su minoría de edad, entre 1885 y 1902, pero no se acuñaron monedas con el retrato de Maria Cristina.
En el anverso de las monedas aparece el retrato de Alfonso XIII cuando tenía un año, la inscripción en castellano de su nombre ALFONSO XIII y la legitimidad divina de su reinado: POR LA G(RACIA) DE DIOS, junto al año de acuñación de la moneda.
En el reverso sigue figurando el escudo de España, el mismo que figuraba en las monedas de su padre tras jurar la constitución de 1876, con los cuatro cuarteles de Castilla, León, Aragón y Navarra, más Granada en el vértice y las columnas de Hércules, sin coronas, con el lema Plus Ultra. Al ser nombrado Rey según la Constitución de 1876, jurada por su padre Alfonso XII, se indica la leyenda REY CONST(ITUCIONAL) DE ESPAÑA
La regencia de Maria Cristina de Habsburgo duró desde el fallecimiento de Alfonso XII hasta la declaración de mayoría de edad de Alfonso XIII en 1902, cuando cumplió los 16 años. A nivel político este periodo fue tranquilo ya que los dos principales partidos, conservador y liberal, acordaron alternarse en el poder en la firma del llamado Pacto del Pardo de 1885, al morir Alfonso XII. En los primeros años se alternaron en el Gobierno los liberales de Sagasta (1885-1890) con el gobierno conservador de Cánovas del Castillo (1890-1892).
A nivel interno empezaban a resurgir las tensiones entre las diferentes regiones, destacando los movimientos que aparecen en Cataluña y País Vasco reclamando derechos históricos y autogobierno.
A nivel internacional aún se conservan las posesiones de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que se perderían unos años más tarde.
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